Francisco Ribalta nació en 1565 en Solsona.
Se formó en la escuela de pintores que trabajaban el último manierismo en el monasterio de El Escorial, aunque fue más conocido por su naturalismo tenebrista.
En 1599, después de pasar unos años en la corte, se trasladó a Valencia, donde en 1603 recibió el encargo de realizar el retablo mayor de la iglesia de San Jaime de Algemesí.
En el año 1606 pintó la Santa Cena, para el altar mayor del colegio del Corpus Christi.
En sus últimos trabajos se aprecia la influencia del barroco.
Entre sus obras destacan: San Francisco y el Ángel (1620), San Bruno (1625-27, Museo de Bellas Artes de Valencia), Cristo abrazado a San Bernardo (1625-27, Museo del Prado) y Santa Cena, San Jerónimo.
Casado con Inés Pelayo y padre de Juan, quien fue su mejor discípulo.
Francisco Ribalta falleció en Valencia el 13 de enero de 1628.